A mis ojos miraste,
¡Me gustas! dijiste.
Nada entiendo repliqué,
¡Mujeres! replicaste.
La almohada consultaste,
lo que en mi buscabas,
del todo no hallabas.
Tu imagen de mi ser,
súbita se desvanecía,
cual rocío al mediodía.
Gran oportunidad asomaba,
después de un día postrado,
pros y contras evaluados,
por ti del todo apostaba.
La imagen de tu ser,
a los tres días,
de mi se apoderaba.
Como un globo infinito,
día tras día,
bondad le insuflaba,
día tras día,
sabiduría le insuflaba,
día tras día,
alegría le insuflaba.
Cuatro lunas pasaron,
la realidad a un lado,
mi realidad al otro.
Con mi silencio yerro,
pupila del todo ensangrentada,
no sólo te la muestro,
mas callo mi música peleada.
En el segundo acto,
requieres mi amnesía,
temes represalía,
nada más errada,
en esa noche estelada,
del todo estuviste.
Aunque lo aceptaba,
no lo comprendía,
basten estas líneas,
por fin, epifanía.
Después de juzgarte,
resulté botarate,
pues cuatro lunas,
contra una sola noche,
sólo soy un fantoche.